¡Compre independencia!

En pocos minutos empieza la jornada de reflexión de las elecciones autonómicas catalanas, esas que parecen ser un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Y lo parece por que así lo han querido los independentistas, y los demás hemos tragado.

Creo que a la mayor parte de los catalanes no les llama mucho lo de la independencia, no se lo plantearían sino hubiera esos intereses políticos que nos mueven en direcciones en la que no nos llama la vida.

¿Alguien cree que un ciudadano catalán de a pie se pone a pensar en que lo mejor es la independencia? Pues no, ellos están tan tranquilos, como el resto de los españoles, pensando en ganarse la vida, en sacar a sus hijos adelante, en conseguir, mejorar o mantener su trabajo, en fin en cosas mundanas, no en esas cosas que harán pasar a la historia a gente como Mas o Junquera. La gente no quiere pasar a la historia, quiere vivir su historia.

Lo que ocurre es que la política, como tantas cosas en la vida, se ha convertido en una actividad comercial, y hay unos creativos que se encargan de diseñar un producto (la independencia) adecuado al mercado (España en crisis) y que reporte buenos beneficios (Impunidad para llevárselo calentito y seguir haciendo negocio)

La independencia es un producto, es lo que la clase política catalana quiere vender, la campaña electoral sólo se ha basado en eso, compra independencia y serás feliz, no habrá más niños pasando hambre, no habrá paro, nos jubilaremos a los 60, no pagaremos por las autopistas…

Es un producto ideal, a veces pienso que deberíamos pedir la independencia de España, así seríamos todos más felices, nos regalarían los libros de texto, no habría paro… En fin, es un producto milagroso la independencia, nada lava más blanco…

El mercado es el más adecuado, España no es guay, era guay cuando ganamos el mundial, era guay cuando Alonso ganaba carreras, entonces salían banderas españolas por todos los rincones, incluidos los de Cataluña. Hace unos meses estuve en un encuentro de jóvenes políticos en el Cercle Catalá de Madrid, en la plaza de España, y ellos lo decían, cuando ser español es guay nadie piensa en la independencia, pero ahora ser español es una mierda… Nos gobierna Rajoy, no hay más que paro y corrupción, ya no somos un ejemplo de desarrollo económico, tenemos que emigrar para encontrar trabajo, la pobreza se extiende por todo el país… Ahora ser español no es guay, es como ser de UPyD, en estos momentos no es nada guay.

Y ¿Qué beneficios son esos que puede reportar la independencia? Pues para los catalanes no muchos, la situación económica de una Cataluña independiente no sería muy diferente de la actual, Cataluña se ha movido y se mueve al ritmo del resto de España, de hecho se ha estado beneficiando durante muchos años de las ventajas que da el tener la llave para aprobar los presupuestos, se han hecho grandes inversiones en infraestructuras que los gobiernos autonómicos han vendido como logros, se han construido autopistas que después han explotado empresas catalanas como La Caixa, aunque eso no se contaba, parecía que era el gobierno español el que que cobraba el peaje. Probablemente a la ciudadanía catalana le reportaría más perjuicios que beneficios la independencia, cerraría su mercado exterior (el mercado exterior de cataluña es fundamentalmente el resto de España) pasarían un largo periodo de tiempo sumidos en una crisis económica enorme, aunque supongo que saldrían de ella, más tarde o más temprano, como saldrá el resto de España, dejándose llevar. Pero habría un gran beneficio, aunque sólo para unos pocos, como suele ocurrir con las grandes decisiones políticas. La clase política catalana lo tiene claro, sobre todo ahora que han empezado a tocar las narices al “molt honorable”, quieren ser una España en pequeño, tener su propio poder judicial controlado para que nadie pueda hurgar en sus trapicheos sin que ellos lo manejen, tener su propia hacienda controlada…

Ahora, aunque sigue todo más o menos templado porque los viejos partidos españoles tienen tanto o más que ocultar que los viejos partidos catalanes, empiezan a ver las orejas al lobo, puede que pasado mañana algún nuevo partido sin secretos que guardar ni deudas que pagar, les busque las vueltas como le ha empezado a pasar al ”molt honorable”, y eso es inasumible. Buena parte de las grandes fortunas de este país se han forjado en despachos de políticos y esto no se puede permitir que se vaya de las manos, así que lo mejor es tenerlo atado y bien atado, y para eso hay que mandar, y harán lo que sea por mandar y que no les manden a la cárcel y seguir chupando del bote.

El problema de la independencia catalana no es un problema de Cataluña, es un problema creado en toda España por la clase política, un problema basado en el mamoneo, en la corrupción, en generaciones adoctrinadas, sin educación en más valores que el pelotazo y sin más futuro que la aparición de líderes iluminados, que volverán a dar otra vuelta a la historia haciéndonos pasar de nuevo por las páginas más amargas que nuestros ancestros escribieron.

Eso es lo que hay.

Cuando el miedo gana a la razón y al corazón…

Fenix Magenta

 

 

Decía Blaise Pascal que el corazón tiene razones que la razón no comprende, y es algo que vemos a diario, decisiones que se toman por no se sabe qué razón que reside más en nuestros sentimientos que en nuestro pensamiento.

Sin embargo, en ocasiones, ambos poderes coinciden en nuestro pensamiento y no tomamos la decisión que nos piden a dúo, y es porque entra en juego un tercer factor, el miedo.

Creo que eso nos ocurrió en las pasadas elecciones municipales y autonómicas, el miedo de los ciudadanos a desperdiciar su voto les hizo decidir votar a otro partido que, aún no llenando su corazón ni su razón, consideraban que sí tendría fuerza para cambiar algo, aunque no fuera todo lo que ellos querían cambiar.

El proyecto de UPyD representa lo que casi todos los españoles quieren y necesitan cambiar, otra forma de hacer política, una política para las personas, para resolver sus problemas, una política que ya hemos demostrado que se puede hacer, que ya hemos hecho en las instituciones. Una política capaz de escoger las mejores ideas de cada partido, de cada político, de cada ciudadano, ideas para aportar soluciones a las inquietudes de todos los españoles, capaz de proponer y de apoyar medidas sin sectarismos, sin tener en cuenta de dónde vienen, sino sólo si son útiles o no. Eso es UPyD.

Pues bien, algo parecido creo que nos pasó el día 11 de julio en nuestro congreso extraordinario de UPyD. Nuestras propuestas llegaron al corazón y a la razón de los afiliados, lo vi, lo leí en sus caras mientras recorría más de 7000 kms en dos semanas hablando con todos los afiliados y simpatizantes que querían escucharnos, lo escuché de sus bocas mientras debatíamos sobre la situación de nuestro partido y nos pedían explicaciones de nuestros planteamientos.

Sin embargo venció el miedo, a pesar de que las otras candidaturas tenían algunas propuestas muy parecidas a las nuestras algunas eran totalmente incompatibles, y eran propuestas muy razonables y que los afiliados acogían de buen grado pero… venció el miedo. Miedo a que no fuéramos capaces de llevar a cabo nuestros planes, miedo a que nuestra poca visibilidad mediática, nuestra poca fama, nos hiciera más pequeños en los medios de lo que habíamos llegado a ser.

Sigo manteniendo que el programa de la Alianza Magenta era el mejor que se presentaba en este congreso extraordinario de UPyD, y seguiré intentando que se lleve a cabo en la mayor extensión posible. No, no me voy, no creo que ninguno de los miembros de la candidatura se vaya simplemente porque no hemos ganado, estamos curtidos en mil batallas, y hemos perdido muchas de ellas, pero no nos sentimos fracasados.

Creemos que el mensaje ha calado y daremos un voto de confianza al ganador. Nos hemos puesto a disposición de Andrés Herzog para ayudar en lo que podamos para levantar el proyecto, que es lo que nos une a él y al resto de afiliados y simpatizantes. Habríamos hecho lo mismo en caso de que hubiera ganado Irene Lozano, porque también nos une lo mismo a ella y a los miembros y seguidores de su candidatura. Simplemente planteamos soluciones distintas y los afiliados han elegido. Ya está, se acabó la competición, ahora toca tirar todos del carro en la misma dirección.

Nada que reprochar al resto de candidaturas ni a los afiliados que no nos han votado, pero sí agradecer a los que lo hicieron y renovar nuestro compromiso con las propuestas planteadas en la campaña.

No quiero entrar en la discusión, que ya está en las redes, sobre qué hubiera pasado si nos hubiésemos retirado o si hubiésemos conseguido confluir con alguna de las candidaturas. Lo intentamos por todos los medios y no fue posible, y creo que el resultado habría sido muy semejante.

Ahora sólo queda ponerse a trabajar por sacar adelante el único proyecto político que puede poner a España en el lugar que merecen nuestros hijos.

Y para eso tenemos que REMAR UNIDOS como RENOVADORES en esta ALIANZA que nos une.

Bicefalia en UPyD: ¿Pero qué invento es ese?

Se está planteando en los foros de debate en los que participan afiliados de UPyD, que ni son muchos ni son oficiales, una cuestión que puede resultar fundamental para nuestro futuro más próximo.

En el grupo en el que trabajo para intentar reflotar nuestro proyecto, entre otras prioridades, hay una fundamental. Se trata de garantizar la neutralidad de los órganos del partido en los procesos electivos internos. Sin entrar en los detalles de las prácticas que haya podido haber y que nos hacen dar tanta importancia a este problema, consideramos que es algo fundamental, y que recoge el espíritu de nuestro manifiesto e incluso de nuestros estatutos, aunque luego su aplicación pueda estar en tela de juicio.

El problema es que cada punto de vista pone a esta cuestión un traje u otro. Yo incido en lo coherente que es garantizar la neutralidad, hay quien incide en lo peligroso que es que existan dos cabezas visibles en el partido.

Considero que la elección de un nuevo Consejo de Dirección no debe influir sobre el proceso de primarias que se habrán de celebrar para elegir a quien encabece nuestra lista para las elecciones generales. Hay quien piensa lo contrario, que quien sea portavoz del Consejo de Dirección habrá de ser cabeza de lista de las generales. Esta forma de verlo creo que banaliza absolutamente uno de nuestros más sagrados procedimientos: las Primarias.

Si el portavoz del Consejo de Dirección ha de ser cabeza de lista para las generales, ¿Para qué hacemos las primarias? ¿es una mera justificación para aparentar que mantenemos nuestros principios? Yo no lo veo así. Si hacemos primarias debe ser porque creemos que es la mejor forma de conseguir a la persona más capacitada para encabezar la lista, y para presidir el gobierno de nuestro país, indudablemente.

Además este razonamiento es aplicable al resto de niveles, Consejos Territoriales con elecciones autonómicas, Consejos Locales con Elecciones municipales… Así se entiende que algunos compañeros se resistieran a dejar paso a otros en la coordinación de los órganos cuando accedían a un cargo público. Yo lo hice, dimití como Coordinador del Consejo Local y se celebraron elecciones. El funcionamiento de UPyD en nuestro municipio no se resintió ni un ápice por esta cuestión, durante cuatro años hemos trabajado en sintonía, con alguna pequeña diferencia, por supuesto, pero que se ha arreglado sin mayor complicación y que ha enriquecido el trabajo. Claro que ambos, el Coordinador (y portavoz) del Consejo Local, y yo, como Portavoz del Grupo Municipal, teníamos un interés común: trabajar con UPyD por nuestros vecinos. Si hubiéramos antepuesto nuestros intereses personales probablemente habríamos tenido problemas. Si hubiéramos trabajado pensando en quién estaba mejor posicionado para las siguientes primarias habríamos tenido problemas…

Banalizar las primarias no es la única incoherencia de ese planteamiento. Hay otro, no sé si más o menos grave, pero igualmente importante: para garantizar que un órgano sea neutral ante cualquier proceso electoral no parece adecuado que quien dirige ese órgano, quien lo representa y es su cara visible, sea parte interesada del proceso electoral. No creo que haya que dar muchas explicaciones del porqué. Es verdad que no se puede conculcar el derecho de cualquier afiliado a presentarse a elecciones primarias y no planteo que se prohíba tal cosa. Sólo garantizo que yo no me presentaré.

Mi intención es trabajar para reflotar nuestro proyecto, no posicionarme para el futuro, ni convertirme en el cartel de UPyD para las elecciones.

Quizá debamos plantearnos en el futuro, en un IV Congreso con capacidad para cambiar nuestros estatutos, la solución a este problema. Quizá deba existir la posibilidad de una excedencia temporal. Es sólo un ejemplo de solución definitiva que sólo podrán decidir los afiliados, pero en este momento tan crítico y convulso yo no veo otra alternativa que garantizar la completa neutralidad del Consejo de Dirección que elegiremos el 11 de julio.

El nuevo CD tiene por delante una tarea ingente para llevar a buen puerto la reconstrucción del partido, y las primarias deberían celebrarse lo antes posible: en septiembre. Cuando hayamos elegido a la persona que encabezará nuestra lista al Congreso por la circunscripción de Madrid, todos tendremos que trabajar para que obtenga el mejor resultado posible, y esa persona tendrá que poner su mayor esfuerzo para que esto se cumpla.

De que UPyD siga adelante, de que los afiliados recuperen la ilusión, de que los que se fueron desilusionados vuelvan y nos presten su esfuerzo, de que dispongamos de las mejores herramientas posibles para realizar una buena campaña, de todo eso, nos ocuparemos desde el Consejo de Dirección.

Mi propuesta no es la bicefalia, sino la neutralidad. Creo sinceramente que es la única manera de conseguir la deseada cohesión interna de UPyD.

EL FUTURO DE UPyD TIENE QUE SER DE TODOS, O NO SERÁ

Faltan 30 días para la celebración del III Congreso de UPyD, en el que elegiremos entre todos un nuevo Consejo de Dirección.

Fieles a nuestra vocación de diálogo e integración, la Candidatura de las Bases sigue manteniendo reuniones con todos los demás aspirantes a dirigir el partido, aunque los resultados aún sean insatisfactorios, ésa es la verdad.

Este viernes me he reunido personalmente con Irene Lozano, tras otro encuentro con Andrés Herzog. Con ella el escollo es el mismo que con él: ambos quieren ser líderes del partido y cabezas de lista en las próximas Elecciones Generales y se oponen a que el nuevo Consejo de Dirección de UPyD sea un órgano neutral que vele por la limpieza de las primarias.

Andrés e Irene comparten una radical oposición a lo que ellos denominan “bicefalia”, y que en la Candidatura de las Bases consideramos parte de la identidad irrenunciable de UPyD: la necesidad de que el aparato del partido sea completamente neutral cuando los afiliados se enfrentan en elecciones internas, y que sea un órgano eficaz para integrar a ganadores y perdedores, una vez terminadas las primarias. Además ambos se declaran irreconciliables el uno con el otro, premisa que reduce considerablemente las posibilidades de llegar a acuerdos multilaterales.

Con los dos me he comprometido a no presentarme a las elecciones primarias que habrán de celebrarse en septiembre; a reorganizar entre tanto la estructura interna del partido, para que ellos puedan dedicarse exclusivamente a preparar sus respectivas candidaturas; y a dedicar todos los esfuerzos del nuevo CD independiente a que ni un solo afiliado se marche del partido después del 11 de julio, porque haya ganado una candidatura diferente a la suya.

Por el momento, ni Andrés Herzog ni Irene Lozano aceptan nuestras propuestas, pero como he dicho al principio, aún faltan 30 días para el Congreso, y eso en política puede ser toda una eternidad.

Soy consciente del esfuerzo titánico que aún deberemos hacer para acercar posturas en un momento en el que los recelos de unos y otros no hacen más que crecer, pero las bases de UPyD esperan mucho de nosotros y no seré yo quien tire la toalla.

Me propongo invitar a todos los candidatos en liza a una reunión multilateral, la primera hasta el momento. Sin prejuicios ni agenda previa. Si reloj. Sin prisas. Quiero que nos miremos a los ojos y nos digamos todo lo que tengamos que decirnos, que rompamos el inmovilismo y que actuemos con grandeza de miras para alcanzar un pacto de mínimos.

Hay que seguir intentado que todos nos alejemos de actitudes cesaristas y excluyentes como las que nos han traído a la difícil situación que ahora vive UPyD. Voy a proponerles que diseñemos entre todos una estructura de poder interno que sea aceptable para todos, con un portavoz neutral, muy pegado a los Estatutos y a las Bases. Después de las Elecciones Generales, pondríamos en marcha –sin prisa pero sin pausa- un IV Congreso ordinario en el que todos volveríamos a debatir, ya con más calma, cómo tiene que ser la UPyD del futuro. La que nos tendrá que llevar a la victoria, dentro de cuatro años, cuando otras posiciones más populistas y mediáticas hayan dejado ver a todas luces que eran sólo cáscara, sin el menor contenido.

Hoy, más que nunca, me reafirmo en mi convicción de que otra UPyD es posible si no volvemos a cometer los errores del pasado, y en que el futuro o es de todos, o no será.

MÁS ALLÁ DE LAS BANDERÍAS

La idea que más se repite estos días entre mis compañeros de UPyD es la necesidad de consenso e integración entre los que propugnamos el cambio, la autocrítica y la regeneración. A pesar de ello, no son pocos los que persisten en las actitudes frentistas que nos trajeron hasta donde hoy nos encontramos, y aún me resulta más sorprendente que algunos lo hagan desde bandos diferentes a los que se encontraban hace unas pocas semanas.

Tenemos que acabar con todo eso. No tenemos más enemigos que el sectarismo, la incomunicación, el alejamiento de la realidad y el desprecio por las bases. Unos enemigos que jamás nos habrían doblegado sin la cooperación necesaria de tantos que ahora se erigen en paladines de la regeneración.

Debemos tomar conciencia de que la beligerancia que crece y se enquista entre nosotros es un peligro real para la supervivencia de UPyD. Tenemos que mirar al futuro con renovada ilusión y unirnos en la defensa del único proyecto que de verdad sacará a España de la crisis social y política que golpea a nuestros atribulados conciudadanos. Hemos de ser conscientes del papel protagonista de UPyD en los cambios que empiezan a producirse en nuestro país, defenderlo con orgullo e impedir que lo prostituyan quienes tratan de apoderarse de él haciéndose pasar por lo que nunca serán de verdad.

En tiempos tan difíciles como éstos es fundamental que rememos todos en la dirección de la libertad y el progreso, con lealtad al proyecto y generosidad con nuestros compañeros. Cada reproche y cada invectiva son oportunidades perdidas de retomar el rumbo necesario, de trabajar por lo que de verdad importa, por lo que nos une y nos debe seguir uniendo: la defensa de los intereses de nuestros conciudadanos y de nuestro hijos.

Es por eso que casi 500 hombres y mujeres de UPyD nos hemos puesto en marcha para impulsar el renacimiento de un proyecto político en el que seguimos creyendo como el primer día, y que sólo será viable con la vuelta a las esencias y el impulso de las bases. Queremos volver a ser lo que fuimos, sin rencillas ni banderías, trabajando con un sólo objetivo, muy por encima de los egos de cada uno de nosotros.

Somos críticos, somos legión.

El primer párrafo del Manifiesto Fundacional de Unión Progreso y Democracia dice así:

Partimos de un supuesto revolucionario: que los ciudadanos no nacen siendo ya de izquierdas o de de derechas ni con el carnet de ningún partido en los pañales. Vamos aún más lejos,a riesgo de escandalizar a los timoratos: consideramos a los ciudadanos capaces de pensar por sí mismos y de elegir en consecuencia, de acuerdo con las ofertas de los partidos y su experiencia de la situación histórica que vivimos. Por tanto no creemos que nadie esté obligado a votar siempre lo mismo o a resignarse a las opciones políticas vigentes, cuando ya le han decepcionado anteriormente.”

Creo firmemente lo que dice este texto, y creo firmemente que debemos aplicar esta misma idea a los afiliados de UPyD, no somos de Papá o de Mamá, somos capaces de pensar por nosotros mismos y no debemos tener miedo de decir lo que pensamos, aunque no coincida con lo que suponemos que piensan los demás. No necesitamos tener un guía que usemos como referencia para comprobar si lo que pensamos es correcto, necesitamos expresar nuestro pensamiento, argumentarlo, debatirlo y estar dispuestos a moldearlo o incluso a rechazarlo si nos convencen los argumentos de otros, pero tenemos que mantenerlo con firmeza si creemos que nuestros argumentos son los correctos, sin soberbia, pero con firmeza, porque en caso contrario nos precipitaremos en aquello de lo que huimos, el borreguismo.

La situación de UPyD no es buena, por mucho que queramos corregir nuestra imagen no lo conseguiremos sin cambiar nuestra actitud, pero cambiar de actitud no consiste en rendirnos ante la realidad de que otro nos ha comido la merienda e ir a pedirle las migajas, cambiar de actitud consiste en enfrentarnos a la realidad de manera distinta a la que hemos mantenido. Consiste en ser más dialogantes, en deshacernos de nuestros prejuicios, pero sin deshacernos de nuestros principios.

Necesitamos un cambio de rumbo, efectivamente, pero no hay que cambiar de barco, simplemente hay que cambiar de tripulación. Y la nueva tripulación tiene que pensar en llevar a buen puerto a todo el pasaje, no sólo a ellos mismos.

Somos críticos, la mayor parte de los afiliados a UPyD somos críticos, sino no estaríamos aquí, pero la gran mayoría no queremos hacer una crítica destructiva, sino ser capaces de hacer autocrítica, porque es indispensable para adaptarnos a las circunstancias cambiantes y llevar nuestro proyecto adelante.

Estamos ante un gran desafío: mantener a flote nuestro partido en las próximas elecciones municipales y autonómicas, hacer valer el gran trabajo que se ha llevado a cabo en todos los municipios y en las comunidades donde hemos tenido representación, trabajo que todos nos reconocen y que es nuestro aval para garantizar el trabajo que vamos a hacer en el futuro. Tenemos que pensar en el esfuerzo de todos los afiliados y simpatizantes, en el sacrificio de nuestras familias, que no se puede ser baldío por la soberbia, la ambición o la torpeza de unos pocos.

Tenemos esta realidad delante de nuestras narices, asumámoslo y trabajemos por obtener el mejor resultado. Tras las elecciones de Mayo celebraremos nuestro congreso extraordinario y confío en que habrá oportunidad de cambiar las cosas, porque seremos críticos, pensaremos por nosotros mismos y no nos dejaremos manipular por nadie.

UPyD no son sólo unas siglas, no son sólo unas caras, es la herramienta de la que disponemos para llevar adelante el único proyecto que puede salvar a España y a sus ciudadanos de la debacle que vivimos y, a pesar de todas las operaciones mediáticas, a pesar de todas las piedras que nos estamos encontrando por el camino, es indispensable que ese proyecto tenga futuro, y eso está en nuestra mano, nadie nos va a ayudar.

Tenemos la experiencia, tenemos el proyecto, tenemos la herramienta, no permitamos que los palos en las ruedas que nos ponen desde fuera y desde dentro trunquen nuestra ilusión. Ahora toca arrimar el hombro y trabajar, luego tocará reparar los daños.

UN HALO DE BUENISMO (Harta de palabrerías)

Es curioso, como en época electoral los partidos políticos se ven ungidos por un halo de buenismo y que curiosamente desaparece al día siguiente de las elecciones. De verdad que ya me resulta muy, pero que muy cargante.

Me indigna ver cómo PP, PSOE e IU, metidos hasta el cuello en casos de corrupción, de repente les llega la iluminación  divina y se les ocurren una y mil medidas contra la corrupción, medidas que han tenido la oportunidad de poner en marcha durante un montón de años. ¡¡¡Y se quedan tan pichis!!! ¿¿Hay alguien que aún les crea??. ES UN INSULTO A LA INTELIGENCIA.

PODEMOS, también se une a la liga anticorrupción… por unirse que no se diga ¿no? Ya desde fuera de las Instituciones, alguno de sus dirigentes ha tenido algún rifirrafe con Hacienda  que todos conocemos. Prediquemos con el ejemplo, que las palabras son gratis.

Por otro lado, ni siquiera han sido capaces de condenar en el Parlamento europeo la represión en Venezuela por un Gobierno que de corrupción sabe mucho. Más sombras que luces en su relación con este país y su financiación, esperemos que algún día, antes de las elecciones, nos lo aclaren sin que tenga cabida la duda razonable. En fin, ya les vamos conociendo y son maestros en desviar las respuestas hacia un discurso político facilón, una política no de casta, de TASCA.

CIUDADANOS ahora, en época electoral, también se une a la liga anticorrupción de palabra, no de hecho. Después de 8 años en el Parlamento de Cataluña, han dejado pasar por delante de sus narices toda la trama de corrupción de la familia Pujol y su “ramas”, sin hacer absolutamente nada para destaparla, ni con preguntas en el Parlamento catalán, ni con acciones judiciales.

Más palabrería y buenismo electoralista de un supuesto partido nuevo pero viejo en sus formas, que se sube al carro de sólo decir en lugar de también hacer. CREDIBILIDAD CERO.

Y nos queda UPyD, el partido que además de hablar, hace. El único partido que ha luchado a brazo partido contra la corrupción, sin importarle lo poderosos que sean los corruptos. Y lo ha denunciado en todas las Instituciones donde está presente, obteniendo por respuesta insultos y descalificaciones.

E incluso ha ido más allá, y UPyD ha llevado a los tribunales a los corruptos, insisto, algunos muy poderosos, por la desidia manifiesta de los organismos públicos cuya misión hubiera sido ésa, denunciar la corrupción venga de donde venga. UPyD se ha convertido en un partido muy molesto para los que quieren que todo siga igual.

UPyD es el único partido del espectro político actual que dice lo que hace y hace lo que dice SIEMPRE, no sólo en periodos electorales, porque #SomosdeVerdad.

Orgullosa de ser afiliada de UPyD, de participar de forma activa en la regeneración democrática de nuestro país y de trabajar día a día por #LaEspañaQueMereces.

Un artículo de Carmela Abraldes (@CarmelaAP)

Por el cambio (otra vez)

El PP y el PSOE están acabados, está terminando un ciclo y asistimos a sus últimos estertores, porque los viejos partidos, a pesar de que creamos que son grandes aparatos sólidamente instaurados y que sólo piensan en su propio beneficio, también pueden ser víctimas, y ahora lo empiezan a ser. Su modelo está agotado, los casos de corrupción y su gestión política se han convertido en un virus que les mata inexorablemente, y hay quien siente una gran preocupación por ello y quiere encontrar una solución.

UPyD ha sido parte de la causa de este virus, con nuestras denuncias públicas, con nuestro trabajo en las instituciones y en la sociedad desde hace ya unos cuantos años hemos conseguido trasladar a la calle debates nunca antes tratados. Nosotros abrimos las grietas de esta maquinaria, aunque hayan sido otros los que hayan terminado de derribar los muros.

Pero el camino no ha sido fácil, y no lo será en el futuro, porque, como he dicho, hay personas que sienten una gran preocupación por el posible impacto del proyecto de UPyD en su sistema de vida.

Y estos poderes fácticos son los que no nos quieren permitir que luchemos por una sociedad más justa, más coherente y más lógica, porque su maquinaria de financiación se va al garete.

Lo sospecharon cuando llegamos, lo han confirmado en los últimos cuatro años, UPyD no se vende, UPyD no se compra, UPyD no se calla.

No lo pueden comprender, no lo pueden permitir, así que tienen que buscar una solución. La solución no es difícil, es compleja y sale cara, pero no es difícil. Sólo hay que sustituir a los viejos, grandes y corrompidos partidos por otros nuevos, pequeños y manejables, corruptos o no en su esencia, pero corruptibles en su naturaleza.

Estos poderes conocen a la perfección los resortes de la manipulación de masas, saben que la herramienta más útil son los medios de comunicación, la prensa, la radio, la tele, y, qué casualidad, estos poderes son los propietarios de esos medios. Ya se le escapó a alguien en alguna ocasión «os vamos a aplastar como a una nuez». La prensa ya está en marcha…

Hay que hacer memoria, ¿que ha impulsado la subida de esos “nuevos” partidos? No ha sido la mala actuación de UPyD en las instituciones, donde en estos años ha hecho la única oposición leal, sólida y coherente que se ha visto en este país en las últimas décadas, no. No ha sido la actuación que estos nuevos partidos han tenido contra la corrupción o las propuestas que han lanzado, porque no las ha habido más allá de brindis al sol como salir del euro o no pagar la deuda, no. ¿Cual es el mensaje que emiten los medios? UPyD va a perder, apoyad a estos otros. No dicen que lo hayamos hecho mal, no lo pueden decir, se basan en supuestos errores de funcionamiento interno, intencionadamente magnificados en ocasiones y manipulados de diversas formas en otras. Es verdad que se han cometido algunos de esos errores, pero ¿es eso lo importante? Ese tipo de casos se dan continuamente en todos los partidos, pero no se les da el mismo tratamiento en los medios de comunicación. Y es que si lo único que se puede criticar a un partido son sus errores de gestión interna significa que su papel como partido ha sido impecable.

Dos experimentos, dos éxitos, dos sustitutos, Podemos para la izquierda, Ciudadanos para la derecha, un reinicio del sistema operativo con los mismos componentes. Cambiarlo todo para que nada cambie.

Sólo hay que fijarse en que todos los partidos han utilizado o utilizan la palabra “Cambio” en sus eslóganes, por el cambio, empieza el cambio, el cambio sensato, la marcha del cambio… NO NECESITAMOS OTRO CAMBIO. Necesitamos una auténtica regeneración y, para eso, sólo contamos con una herramienta, el proyecto de UPyD.

Otra vez «El Cambio»… Eso no es lo que yo quiero. Eso no es lo que necesitamos. Necesitamos otro sistema, necesitamos una regeneración.

UPyD no es perfecto, hemos cometido errores, probablemente los seguiremos cometiendo, a veces no hemos sabido reconocer nuestros errores y ese ha sido el mayor error, hay que corregirlo y estamos en ello.

Pero hay algo mucho más importante que eso, UPyD es el único proyecto que puede sacar a España de esta crisis múltiple que padece y conseguir un sistema más justo, más democrático y orientado al interés de las personas. Hay empresas, bancos, personas poderosas que temen más a esto que a un golpe de estado o que a la propia crisis económica y pondrán y están poniendo todo su empeño para evitar que UPyD llegue a gobernar.

Si quieres que algo cambie empieza a cambiarlo, no pidas que alguien lo haga.

El Cambio

Ciudadano: Que no te cuenten milongas!!!

Es constante el goteo de personas que me preguntan o incluso me recriminan que no nos hayamos puesto de acuerdo con Ciudadanos. Parece mentira, pero es tan fácil de explicar y tan difícil que nos dejen explicarnos…

Y es que muy poca gente cree, y yo lo creo, que Ciudadanos no tenía intención real de llegar a un acuerdo con UPyD, ni la tiene ahora, por mucho que sigan diciendo, por mucha UCE que publiciten, por mucho que ese siga siendo el mensaje de los medios. A Ciudadanos no le interesa llegar a un acuerdo con nosotros, porque Ciudadanos no es lo mismo que UPyD, y no están dispuestos a solventar esas diferencias.

No somos perfectos, no hay duda, pero tenemos un proyecto y una actitud política a nuestras espaldas que son la garantía de nuestra solvencia. Tenemos unas ideas, algunas de ellas se pueden matizar, negociar, incluso desestimar, pero hay otras que son innegociables, entre ellas están la regeneración democrática, que engloba la lucha contra la corrupción, la separación de poderes o el cambio de la Ley Electoral, y la defensa de la igualdad de los Españoles.

Pues bien, incluso tomando estas ideas cómo únicas innegociables, no podemos pactar con Ciudadanos, por que no están dispuestos a defenderlas. No quiero hacer de este escrito un ataque al partido Ciudadanos, ni mucho menos a sus afiliados, simpatizantes o votantes, pero sí una defensa de los principios de UPyD, en cuyo seno defendemos unos con mayor y otros con menor acierto.

Y es que no estamos dispuestos a renunciar a la limpieza de nuestros cargos públicos, sean electos o nombrados, si una persona no es digna de defender unos principios desde un cargo electo porque se le ha imputado por un delito fiscal, no digamos por un delito de corrupción, tampoco le podemos dar refugio como cargo contratado (de confianza), porque estaremos renunciando a esos principios.

Si pensamos que competencias como la educación o la sanidad han generado desigualdad entre los Españoles en manos de las comunidades autónomas, no podemos defender que sigan en manos de las comunidades argumentando que cuando gobernemos nosotros serán mejor gestionadas, defendemos que vuelvan a ser competencia del estado y que se garantice la igualdad y la mejor gestión, y hacer otra cosa sería renunciar a nuestros principios.

Si creemos en la igualdad de todos los Españoles no podemos defender que los que residen en una comunidad autónoma tengan un tratamiento fiscal distinto al de los demás, por eso no podemos pactar ni absorber a partidos regionalistas que defiendan los privilegios fiscales en su territorio, porque estaríamos faltando a nuestro principios.

Si planteamos una regeneración democrática no podemos admitir la inclusión de cargos públicos que, habiendo sido elegidos por otro partido, con otro programa, con otras ideas, quieran ahora apuntarse a nuestro carro traicionando la confianza que depositaron en ellos quienes les votaron. Pueden cambiar de opinión, por supuesto, pero antes de ingresar en UPyD deben renunciar a su cargo.

Creo sinceramente que en todos los partidos políticos hay mucha gente honesta y trabajadora y que actúa de buena fe, como en casi todos los colectivos, porque esa es mi experiencia, y también en todos hay gente que defiende sólo sus propios intereses aunque diga otra cosa. Pero creo también que cada partido tiene una serie de principios inalienables, que todos sus miembros deben defender, en nuestro caso el manifiesto fundacional, y renunciar a ellos es tirar por la borda el proyecto, porque quien renuncia a sus principios es porque cambia sus fines.

No me cabe duda que, si llegáramos a un acuerdo con Ciudadanos, podríamos obtener un mejor resultado electoral, porque nos resulta muy difícil explicar a las personas todas estas razones, pero si eso pasa por renunciar a nuestros principios es mejor crecer menos y más despacio. Renunciar a los principios no es crecer, es cambiar de rumbo, y suele ser a peor.

Se perdió una oportunidad, es cierto, nunca hay que cerrarse al diálogo, pero para dialogar, para llegar a acuerdos, hay que estar dispuesto a renunciar a algo. El acuerdo no se puede alcanzar en contra de los principios, así que nuestra posición está muy clara… Si están dispuestos a admitir que quien no puede ser cargo público porque está imputado por un delito fiscal no puede ser refugiado como cargo de confianza, si están dispuestos a asumir que hay ciertas competencias que deben ser devueltas al estado, si están dispuestos a defender la igualdad de todos los Españoles, residan en la comunidad que residan, si pueden respetar el principio de no crecer a costa de cargos públicos de otros partidos, entonces podremos empezar a hablar.

A mi modo de ver, en este momento crucial para la sociedad española, sólo hay un partido que representa la alternativa al bipartidismo y a la degeneración democrática que padecemos y que nos ha llevado a la crisis económica, política y de valores que nos asola, sólo hay un partido nacional, que dice lo mismo en todas las comunidades autónomas y que ofrece una garantía de luchar por la regeneración, no es que sea el mejor o el menos malo, es que es el único que ofrece una alternativa real, seria y solvente.

Algunas personas consideran que lo mejor que pueden hacer por sus hijos es enseñarles a trepar y dejarles una cuenta en Suiza, yo pienso que es mejor enseñarles a ganarse la vida y a ser buenas personas y dejarles una sociedad más justa.

Voy a seguir trabajando por llevar adelante el proyecto de UPyD.

El superintendente Mariano.

Los datos del CIS han dado el espaldarazo final al fenómeno Podemos. Mucha gente se echa las manos a la cabeza, pero hasta hace cuatro días desde el PP se felicitaban de que le estaban quitando votos al PSOE, desde el PSOE fantaseaban con que era un desmembramiento de IU, desde IU creían que sólo les restaba votantes al PSOE y desde UPyD pensábamos que no afectaba al espectro de votante que nos apoyaba a nosotros.

Sin embargo los datos del CIS dicen que Podemos ha atraído a votantes de los más diversos perfiles y que habían votado previamente a cualquiera de los partidos citados. Y no es extraño, lo cierto es que el mensaje de Podemos ha calado, han hecho una gran labor de denuncia de los problemas que padecemos, sin salirse de lo que, desde hace años está denunciando UPyD o Ciudadanos, pero aportando soluciones irrealizables, difusas o en algunos casos incluso mágicas.

Los ciudadanos están hasta las narices, los pocos que decidieron apoyar a nuevas formaciones constitucionalistas y con un modelo y propuestas políticas lógicas y coherentes han visto cómo en estos años no hemos conseguido hacer más que unas pequeñas grietas en el muro del bipartidismo, y otros muchos han encontrado una forma de dar un puñetazo en la mesa y decir que ya está bien, pensando que podían emitir un voto de protesta sin sufrir daños colaterales. Y resulta que ese puñetazo ha sido el que ha derribado el muro del bipartidismo

Pero la reconstrucción está en marcha.

Analizando este fenómeno me viene a la memoria la estrategia de Estados Unidos en las últimas décadas. A nadie se le escapa que cuando la Unión Soviética dejó de representar a las fuerzas del mal para los estadounidenses, cuando se quedaron sin enemigo, tuvieron que crear uno, se ha hablado mucho de que quien entrenó a Sadam Hussein, o a Osama Bin-Laden fue la CIA, creando así enemigos que, aunque luego pudieran salirle más o menos ranas, permitieron que EEUU siguiera manteniendo su estatus de fuerzas del orden mundiales, y que dieron lugar a que ahora el enemigo sea el Islamismo radical.

Pues bien, como en España no tenemos CIA, que me perdone el CNI, el PP ha recurrido a la TIA. ¿Quién no recuerda la famosa agencia (Técnicos de Investigación Aeroterráquea) que el gran Ibáñez inventó para dar cobertura a Mortadelo, Filemón, al Superintendente Vicente y al Dr. Bacterio?. Pues bien, me imagino al Superintendente Mariano pidiendo algún revolucionario invento al Dr. Arriola, y me imagino que la aparición de Podemos fue vista con buenos ojos como solución a sus problemas.

Da igual lo mal que lo hagan, daría igual que imputaran a todo el gobierno, si consiguen un enemigo lo suficientemente temible, tan peligroso que la gente tenga de verdad miedo al dominio de esa diabólica opción, no tendrá más remedio que recurrir a lo malo conocido, esos son ellos y creo que esa es la estrategia que han decidido utilizar.

Le han dado cancha en los medios de comunicación, absolutamente controlados por el PP y con un PSOE desaparecido. Han dejado que Podemos apareciera como causante de que se conozcan casos de corrupción que han aparecido últimamente, como precursor de que se hablara por fin de estos temas, como motivo de que desde los viejos partidos se empiecen a plantear medidas anticorrupción, en fin les han convertido en lo que partidos como UPyD pretendían ser, pero con cobertura suficiente como para llegar a amplios sectores de la población, lo cual les ha dado alas para transmitir su mensaje, y el mensaje es que esto es un desastre, que ya lo sabíamos todos, y da igual si tienen soluciones o no para el desastre, son los que lo denuncian y eso es suficiente para muchos votantes, ya lo hemos visto.

La estrategia es clara. Podemos ha conseguido meter a todos los partidos políticos en un saco, el de “la casta”, igual que intentábamos nosotros, e íbamos consiguiendo muy poco a poco, con los “Partidos viejos”. Lo han conseguido en muy poco tiempo y con una eficacia envidiable, y daba igual si eran partidos tradicionales, de los que han instaurado y mantenido el bipartidismo, o si eran partidos nuevos, que ya habían empezado a difundir el término y su responsabilidad en la situación actual de España, todos, sin excepción, estamos en “la casta”. Quizá se salvan partidos nacionalistas, que sólo venden nacionalismo y eso no se ha visto afectado, pero está claro que han restado votos a la totalidad de los partidos nacionales.

Ahora empieza la campaña del miedo, puede que incluso los dirigentes populares hayan entrado en pánico y no sepan elegir el momento de desplegar la estrategia, pero el hecho es que ha empezado.

Ya hay un mensaje concreto contra Podemos, el Chavismo y el Castrismo son los caballos de batalla, no hay duda de que los dirigentes de Podemos tiene como modelos de estado a Venezuela y a Cuba, aunque ahora intenten distanciarse de ellos, y digan que no es eso lo que quieren aquí, pero que son democracias de las que debemos aprender, que tienen cosas buenas y malas, en fin, que no hay peligro en ese sentido, los dirigentes políticos intentan atacarles con eso y ese miedo intentarán producir en la población.

¿Qué va a ocurrir si ese mensaje del miedo cala en la población? Por que no tengo duda de que será la estrategia que sigan, y luego vendrá la estrategia del terror. Pues ocurrirá que los salvadores de la patria, que los únicos que verá la gente como refugio para no convertirnos en la República Bolivariana de España, serán ellos, los que están advirtiendo del gran peligro que corremos, los que han demostrado que, aunque nos roben, no nos dejan en la miseria a todos, porque necesitan que siga habiendo una economía de libre mercado y eso es incompatible con repúblicas bolivarianas. Porque con Franco vivíamos mejor…

Pero todo tiene sus riesgos, puede que les salga mal el experimento, Podemos ya se está dando cuenta de la estrategia, ya ha empezado a suavizar su discurso, ya ha empezado a echar atrás en algunas de sus propuestas, a matizar otras muchas o a plantear que hay que estudiar la situación antes de exponer soluciones concretas. Es muy posible que, al final, planteen una ideología semejante a la de IU o PSOE, o una mezcla de ambas. Puede ocurrir que sean lo suficientemente hábiles para que no funcione la estrategia del miedo, puede ocurrir que sean una fuerza determinante para gobernar, sino una fuerza de gobierno en algunas instituciones. Y eso será muy peligroso, pero no porque podamos convertirnos en una República Bolivariana, que estos señores no creo que ni siquiera se plantearan esto si llegaran al poder, sino porque se podría producir un desgobierno que nos podría llevar al colapso. ¿Se imaginan las instituciones gobernadas a base de círculos?

No cabe duda que se presentan unos meses muy interesantes en el panorama político, pero también es muy probable que gane la estrategia o la contra-estrategia planteadas, y ambas opciones serían muy malas para todos.